LA VERDADERA HISTORIA DE MARAKARIMBA-TIMBA

Hay una teoría geopolítica que trata de explicar por qué las altas temperaturas atmosféricas están asociadas al subdesarrollo de los pueblos. Escuelas geográficas y filosóficas han nombrado este fenómeno con diversos nombres: determinismo geográfico, darwinismo social, etc. Pero eso ya es otro tema.

Quizás explorando algún mapa conceptual de la Alemania de finales del XIX y comienzos del siglo XX, podríamos sospechar que algo cierto hay en ello, pues solo hay que echar un vistazo a la templada España enclavada justo en la cabeza de Europa y darnos cuenta inmediatamente de lo que estamos hablando; o echar una ojeada a la Argentina que henchida de pedante vanagloria se hace llamar la Europa Sudamericana en el frío sentido de la palabra. A pesar de lo que digan sus moradores, tienen el mismo antepasado común: La templada España.
Se dice que para ocultar esta vergüenza histórica llevan casi 5OO años tratando de hablar italiano y jamás lo han conseguido.

Pero lo que realmente ocupa nuestro eje narrativo de hoy, es la historia o el motivo por el cual la tribu Kumbancha, asentada originalmente en la planicie del Polo Norte, emigró repentinamente hacia el más fogoso continente del orbe.
Lejos de lo que suele pensarse, estos hombres, acusados muchas veces de salvajes y holgazanes, constituyeron una de las más sorprendentes civilizaciones que hayan morado jamás sobre la faz de la tierra.

Etimológicamente hablando, "kumbancha" es la unión de dos palabras en dialecto mitanga, "kum", que significa Gran y "bancha", que significa Sabiduría. Uno de sus proverbios, "Los que piensan no bailan y viceversa", llegó a ser tan popular que trascendió en el tiempo, aunque las generaciones actuales se hayan encargado de echar por tierra, o mejor dicho, de echarle tierra con el galopar de sus miembros inferiores, al precepto de aquella enseñanza.

El culpable de este radical giro de los acontecimientos, -aunque la historia a veces no quiera reconocerlo-, fue Konga, un hombrecillo menudo de cuerpo, pero gigante en lo que toca al principal legado afro: Tenía el don de la gozadera.

Justo cuando estos hombres de filosofía y meditación habían llegado a la más alta etapa de su desarrollo cognoscitivo, es que surge este hombrecillo de miembros famélicos y semblante saleroso, casi salido de la nada, pues la leyenda no ha logrado nunca anclar su origen. Solo se dice que llegó y cambió de un golpe la historia de aquella comunidad.
En cambio, su descendencia es bien conocida: Konga engendró a Timba y Timba a Marakarimba.

Pero, ¿cuál fue realmente la contribución de este personaje al drástico cambio de la historia africana?

Bueno, pues justo cuando aquel asentamiento polar había logrado llegar al límite de la Verdad, con la pregunta sin respuesta "¿Por qué Yo y no Otro?", refiriéndose al misterio de la existencia espiritual misma, es que irrumpe desfachatadamente este ser,  a golpe de baile y tambor, entre aquella erudita civilización.

Lo que pasó después, ya es historia: Se supone que en un período de tiempo de no menos de cien mil años, aquella gente genéticamente afectada por el baile y el ocio, fueron abandonando las heladas planicies para adaptarse a lo que le viniera mejor a su cada vez más fogosa y temperamental psiquis, y conformar así los pueblos que hoy conocemos del Africa ardiente.

Constituye un misterio la manera en que fue consumado este hecho masivo, pero una reciente teoría en disputa, apunta a que fue por vía terrestre y no marítima como piensan muchos, bailando y brincando frenéticamente como si no hubiera un mañana, desplazándose a ritmo de un-dos-tres, y cuando vinieron a parar, ya se habían transcontinentado.

Solo algunos pobladores quedaron de lo que fue aquella glacial civilización, que con el tiempo devinieron en los esquimales actuales y aunque, el aspecto físico de estos difiera bastante de sus vecinos del otro lado del mundo, estos últimos constituyen la génesis de la peregrinación más grande que haya ocurrido en la historia humana solo por... amor al arte.

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