ENTREMESES SOCIO-ECONÓMICOS

El Aedes Aegypti o Mosquitero. Así es como llama la voz popular a ese trabajador de la salud, que va de casa en casa fumigando o inspeccionando, movilizado por el gobierno en la campaña anti-dengue contra el vector, que cada cierto tiempo emprende una ofensiva contra la población cubana. (El vector, no la campaña, mal pensado lector).

Hoy tuvimos la visita del Aedes, en un chequeo de rutina dirigido a inspeccionar los depósitos de agua estancada que todo buen cubano debe tener en su morada, en aras de la supervivencia diaria.

Y como buen cubano también, gente de pueblo, nos relató, sin nosotros pedírselo que lo hiciera, un pasaje de su vida.

Empezó por decirnos, con sus palabras, que esa visita era el resultado de una oferta irrechazable, ya que el gobierno le había aumentado el salario y ahora ganaba 600 pesos al mes, por lo que era un sueldo que había que cuidar. Años antes, trabajaba en la fábrica de tabacos donde ganaba 300 pesos mensuales, pero desde que se la vendieron a los brasileños, la administración había reunido a los trabajadores diciéndoles que la Revolución estaba en peligro de extinción y había que cuidarla, por lo que los salarios de los obreros fueron rebajados a 148 pesos al mes so promesa de impartir en el futuro cursos de superación que dieran la posibilidad de restaurar dichos salarios. Como el hombre en cuestión tenía más de 35 años, no pudo acogerse a los cursos debido a la limitante de la edad que era una de las condiciones del proyecto de superación. Entonces él tomó la decisión de cambiar de empleo y he aquí a un hombre realmente feliz, ganando 23 dólares al mes.

Siempre me ha llamado la atención en todo este rollo de la despenalización del dólar estadounidense, el papel psicológico que han jugado los números históricos frente a la conversión real de valores entre divisa y moneda nacional. Es una especie de mecanismo protector inconsciente de identidad. De manera que se hace muy natural en nuestro país oir decir a un trabajador, que está satisfecho con un salario determinado (generalmente el índice de satisfacción se encuentra sobre salarios que rebasen los 300 pesos mensuales).

Infiriendo: Sobre la base de la comparación, y de una arraigada cultura que siempre situó al peso cubano como una moneda dura, el pensamiento económico del cubano trata de reivindicar, de una forma completamente onírica, el valor de su moneda. Remontémonos a la república pre-revolucionaria en que el peso con relación al dólar se mantenía en las tazas de cambio uno por uno. Y más tarde en la década de los 80’s cuando el subsidio soviético alcanzó la cifra de más de 3 millones diarios, la moneda nacional volvió a cobrar fuerza económica, equilibrando un tanto la oferta y la demanda en el mercado interno. Por lo que casi constituye un acto natural de connotación cívica que los cubanos se resignen a admitir el asesinato de una economía cuyo verdugo sea una moneda extranjera. Esta fuerte resistencia la podemos palpar en el cambio que se da lugar en el mercado negro, donde los improvisados mercaderes tratan de devaluar el valor extranjerizante. Así, si en la taza de cambio oficial un dólar vale X pesos cubanos, siempre se trata de redondearlo incidiendo en su devaluación: uno ó dos pesos menos. Y más que mecanismos infraeconómicos premeditados o acomodos de mercadeo, se trata de una reticencia psíquica a aceptar la caída de la moneda nacional, símbolo en fin, de una cultura conquistada.

Pero acabo de ser testigo de una conferencia de prensa ante la televisión del Ministro de Relaciones Exteriores con motivo del arresto de personas pertenecientes a grupos de oposición de derechos humanos, en la cual, entre otras cosas, presentó una lista en la que se testimoniaba el carácter mercenario de estos grupos al aceptar la ayuda y dinero en efectivo de un país enemigo: Los Estados Unidos. Y resulta éticamente inaceptable y socava toda la lógica y la realidad de las circunstancias en que vivimos, el burdo análisis que hizo sobre la entrega a uno de los miembros de la oposición de 30 dólares en efectivo.
Según el nada persuasivo diplomático, 30 dólares eran una cantidad considerable de dinero dado que la educación y la salud son gratis en el país y un cubano puede asistir al estadio para ver un juego de béisbol con solo abonar un peso cubano. Es un insulto a la inteligencia de todo un pueblo el tratar de dar la apariencia de que el ministro está tan alejado de la realidad cubana, al menos, esa fue la impresión que dejó en su auditorio televisivo.

Y sería bueno recordarle al señor ministro que efectivamente, la salud y la educación son gratis y unas de las mejores del mundo, o las mejores, pero por decreto oficial, no así por el comportamiento de la realidad. Pregúntele el compañero ministro a cualquier cubano de a pie, como él mismo clasificó al ciudadano común en su comparecencia, las tribulaciones y dificultades que tiene que enfrentar para solicitar digamos, un servicio médico en este país. Recurramos a los hechos, las matemáticas y las cifras, estas últimas de la predilección de los funcionarios del régimen:

Trámites de ingreso de un ciudadano común en una instalación hospitalaria:

(Un ejemplo tomado de la vida real)

Ciudadano X, con estado de salud aparentemente normal que repentinamente sufre un desmayo con fuertes dolores en el pecho y las zonas ganglionales.
Llegada al cuerpo de guardia del hospital Calixto García gracias a la colaboración eficaz y desinteresada de un vecino suyo que poseía auto.
Diagnóstico del médico de guardia o adivino de guardia, con la ausencia total de un chequeo elemental: Estado gripal.
Vuelta del ciudadano X a su casa sosegado quizás por la idea de que todo pudo haber sido un descenso producto de la ausencia de carbohidratos y proteínas necesarias para la vida.
Recurrencia del desmayo pocas horas después.
Acogimiento a la ayuda de un familiar, cirujano del Hospital Clínico-Quirúrgico Manuel Fajardo.
Diagnóstico preliminar después de una radiografía: Tumor en el mediastino de avanzadas proporciones.
Ingreso inmediato. (Gracias a la ayuda del galeno familiar)
Permanencia por más de una semana en el hospital. Como único tratamiento, la administración de fármacos supresores del dolor. Una laparascopía al final de la semana.
Gestión infructuosa en otros hospitales para propinar los servicios pertinentes. (TAC, biopsias, etc.) Causa: Aparatos de tomografías rotos o fuera de servicio en las demás instalaciones, solo disponible en el hospital Hermanos Ameijeiras para el país entero, exceptuando el hospital Cira García, instalación esta, dedicada al turismo de salud. Carencia de agujas finas para realizar las biopsias.
Decisión del cónyuge del paciente a trasladar a su moribundo esposo hacia “Hermanos Ameijeiras”. Varias razones:
Condiciones insanitarias de la instalación. (Manuel Fajardo).
Inadecuado servicio debido principalmente a la carencia de instrumental médico.
Pesimismo en el diagnóstico clínico. (Un médico ya da por muerto al paciente)
Existencia de un cirujano amigo en el otro hospital.
Llegada al hospital Hermanos Ameijeiras después de abordar un auto “humanitario” por el valor de cinco dólares. Unos 200 pesos cubanos según el cambio rigente en la época de los acontecimientos. (Sueldo mensual de un profesional).
Diagnóstico definitivo, pruebas y tratamiento en un lapso de poco menos de un mes. (La tomografía jamás pudo ser materializada)
Saldo general deducido de gastos por comidas (indigerible la del hospital), gestiones subderivadas por concepto de devolución de favores, regalos a los médicos y transporte: 150 dólares. (¿De dónde provienen estos dólares? ¡Vaya, eso todo el mundo lo sabe!)

Sumemos: 150 + 5 = 155.
155 x 40 = 6220 pesos cubanos (cambio rigente en la época)
6220 = un poco menos de lo devengado en 4 años de trabajo por un
trabajador cubano con sueldo promedio de 148 pesos mensuales.

Gastos estatales por concepto de hospitalización, servicios y tratamiento médicos: Alrededor de 5000 dólares (Esencialmente por los fármacos de la quimioterapia)

Edad que tenía el paciente cuando se enfermó: 31 años:

Comienzo de la edad laboral en Cuba: 18 años.

Restemos: 31 – 18 = 13 (Número fatídico)

Sueldo devengado en esos 13 años de trabajo:

Multipliquemos: 148 x 156 meses = 23088 pesos.

Dividamos: 23088 / 25 (valor promedio de la taza de cambio de la divisa) = 923.52 dólares. Entonces, un ciudadano cubano devenga como promedio en 13 años de labor apenas unos mil dólares.

Es decir, el Estado Cubano, sobre un caso particular de enfermedad de un paciente se ha ahorrado decenas de miles de dólares, inferido esto de la desproporción Kafkiana de los sueldos con relación al costo real de la vida.
Resulta al final un gran negocio esto de la salud gratis. Al final, son ellos los que nos tendrían que pagar por curarnos, deducido del robo vitalicio que mantienen sobre el ciudadano común a través de toda su vida, en que la probabilidad de enfermarse de un ser humano potencialmente sano (la mayoría) de una enfermedad costosa, ocurre de una a dos veces en la vida, además de ser este Estado el único y genuino culpable de que algunos nos enfermemos debido a las condiciones de vida infrahumanas del pueblo cubano. Nos enferman y después nos curan “gratis”. Ya vemos cuán grandes pueden ser las comillas en que puede ir encerrada esta palabra.


Abril 11, 2003

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